MI PRESENTACIÓN
¡BIENVENIDOS!
Me llamo Sonia Delicado Ruiz, tengo 33 años, soy de España y vivo en Ceuta.
Ahora mismo estoy cursando 2º de Bachillerato de Arte.
Esta página está pensada en el buen comer, iré añadiendo recetas de toda la vida, comidas sanas y recetas de platos típicos de toda España, con sus ingredientes y su preparación paso a paso y algún que otro truco...
Espero que os guste y os sirva de ayuda para conocer un poca mas la comida de España, incluso que intentéis hacerlas y probarlas.
CEUTA
Es una ciudad autónoma española, situada en la península Tingitana, en la orilla africana del estrecho de Gibraltar, en el lado oriental de este. Está bañada por aguas del mar Mediterráneo, mientras que al oeste y suroeste limita con Marruecos.
Es una ciudad autónoma española, situada en la península Tingitana, en la orilla africana del estrecho de Gibraltar, en el lado oriental de este. Está bañada por aguas del mar Mediterráneo, mientras que al oeste y suroeste limita con Marruecos.
La población de Ceuta era casi de 85.000 habitantes, concentrados en un superficie de 18.5 km2 en la que conviven ciudadanos de diferentes culturas como la cristiana, musulmana, judía e hindú.
En esta ciudad, no muy grande pero preciosa, sólo los ceuties podemos disfrutar de una escultura natural de piedra, la conocida Mujer Muerta, un promontorio de piedra con forma de mujer petrificada, acostada o tumbada, que sólo se ve desde Ceuta porque desde Marruecos no tiene ninguna forma.
En Benzú, al oeste de Ceuta, se levanta una imponente montaña, al que los árabes llaman “Yebel Musa”, y los ceutíes “La mujer muerta”, un apodo quizá, demasiado incisivo, como ocurre con los nombres populares, porque si entornas los ojos y la contemplas, más bien parece dormida. Y si además de mirarla fijamente, la escuchas, podrás notar que respira con un sonido metálico (fonolítico) provocado por sus piedras calizas sueltas. Los senderistas que han subido a su cumbre, reconocen, que no han escuchado jamás algo así en ningún otro sitio. Quizá la mujer de Atlas, también habla en sueños, o quizá, ese sonido sea una canción de cuna que proviene de un mundo mitológico desterrado por otro lógico. Escribía el Barón Davillier sobre este enclave, cómo en las noches de luna llena podía contemplarse la presencia de formas fantásticas proyectándose en la lejanía como gigantes de otros tiempos.
Yebel Musa una mujer que separó dos continentes y una montaña con apariencia de mujer dormida o una mujer petrificada por los celos de Hércules que fue la causante de que este semidiós griego separara África de Europa y levantara sus famosas dos columnas Calpe y Abyla (Gibraltar y Ceuta).Allí, como una de las últimas estribaciones de la Sierra del Rif, este gigante soporta el infinito peso de la Bóveda Celeste.
La más conocida, la versión que nos enseñaban a los niños caballas en el colegio.
Antiguamente, Heracles (Hércules), y sus dos míticas columnas que señalaban a los navegantes el fin de lo transitable, del Mare Nostrum (el Mediterráneo), más allá estaba lo desconocido, el caos, el temido Atlántico. La mitología griega cuenta que en su décimo trabajo, Heracles (Hércules) tenía que conseguir los rebaños de Gerión, ser fabuloso que moraba en el lejano occidente y para navegar hasta las isla de Eirtea, tierra de los geriones, Heracles separó las dos rocas que separaban África de Europa, de esta forma surgen los dos promontorios, el de Calpe y el de Abila, Europa y África respectivamente, que son las columnas que llevan su nombre. También cuentan que Hércules, símbolo de Ceuta, se enfureció tras una infidelidad de su amada, así que tomó en una mano el peñón de Gibraltar y en la otra el monte Hacho y con fuerza, consiguió separar ambos continentes, creando el Estrecho. A su amada la convirtió en piedra, y es lo que hoy forma ese característico monte. Este relato también está enlazado con el episodio de las Manzanas de Oro del Jardín de las Hespérides, el undécimo trabajo de Hércules, la lucha contra Anteo, a quien reconocemos en el perfil de la Mujer Muerta, la que Plinio, contemporáneo de la expedición romana a las montañas del Atlas denominaba “imago elephanti” (imagen de elefante). Según Estrabón, ese perfil, el Elephas, era identificado como la puerta a un mundo sin explorar, al que ningún marinero se atrevía a entrar. Parece que el nombre original fue acuñado por los fenicios, que las llamaron las Columnas de Melkart, divinidad de su ciudad de Tiro.
En Benzú, al oeste de Ceuta, se levanta una imponente montaña, al que los árabes llaman “Yebel Musa”, y los ceutíes “La mujer muerta”, un apodo quizá, demasiado incisivo, como ocurre con los nombres populares, porque si entornas los ojos y la contemplas, más bien parece dormida. Y si además de mirarla fijamente, la escuchas, podrás notar que respira con un sonido metálico (fonolítico) provocado por sus piedras calizas sueltas. Los senderistas que han subido a su cumbre, reconocen, que no han escuchado jamás algo así en ningún otro sitio. Quizá la mujer de Atlas, también habla en sueños, o quizá, ese sonido sea una canción de cuna que proviene de un mundo mitológico desterrado por otro lógico. Escribía el Barón Davillier sobre este enclave, cómo en las noches de luna llena podía contemplarse la presencia de formas fantásticas proyectándose en la lejanía como gigantes de otros tiempos.
Yebel Musa una mujer que separó dos continentes y una montaña con apariencia de mujer dormida o una mujer petrificada por los celos de Hércules que fue la causante de que este semidiós griego separara África de Europa y levantara sus famosas dos columnas Calpe y Abyla (Gibraltar y Ceuta).Allí, como una de las últimas estribaciones de la Sierra del Rif, este gigante soporta el infinito peso de la Bóveda Celeste.
Cuenta la historia:
La más conocida, la versión que nos enseñaban a los niños caballas en el colegio.
Antiguamente, Heracles (Hércules), y sus dos míticas columnas que señalaban a los navegantes el fin de lo transitable, del Mare Nostrum (el Mediterráneo), más allá estaba lo desconocido, el caos, el temido Atlántico. La mitología griega cuenta que en su décimo trabajo, Heracles (Hércules) tenía que conseguir los rebaños de Gerión, ser fabuloso que moraba en el lejano occidente y para navegar hasta las isla de Eirtea, tierra de los geriones, Heracles separó las dos rocas que separaban África de Europa, de esta forma surgen los dos promontorios, el de Calpe y el de Abila, Europa y África respectivamente, que son las columnas que llevan su nombre. También cuentan que Hércules, símbolo de Ceuta, se enfureció tras una infidelidad de su amada, así que tomó en una mano el peñón de Gibraltar y en la otra el monte Hacho y con fuerza, consiguió separar ambos continentes, creando el Estrecho. A su amada la convirtió en piedra, y es lo que hoy forma ese característico monte. Este relato también está enlazado con el episodio de las Manzanas de Oro del Jardín de las Hespérides, el undécimo trabajo de Hércules, la lucha contra Anteo, a quien reconocemos en el perfil de la Mujer Muerta, la que Plinio, contemporáneo de la expedición romana a las montañas del Atlas denominaba “imago elephanti” (imagen de elefante). Según Estrabón, ese perfil, el Elephas, era identificado como la puerta a un mundo sin explorar, al que ningún marinero se atrevía a entrar. Parece que el nombre original fue acuñado por los fenicios, que las llamaron las Columnas de Melkart, divinidad de su ciudad de Tiro.
Comentarios
Publicar un comentario